Editorial

Es evidente que el país se encuentra en un proceso de recuperación económica, que se proyecta alcance un crecimiento cercano al 7% del PIB en el año 2021, sin embargo, factores logísticos externos como la crisis marítima global e internos como el aumento en los fletes de transporte por carretera, se convierten en amenazas que puede afectar las perspectivas de este crecimiento y limitar el aprovechamiento de las oportunidades que trae consigo la recuperación económica global.

Es indudable que el país se encuentra encauzado en un proceso de recuperación económica apalancado principalmente por la apertura de la economía, un plan de vacunación que ha tomado un buen ritmo y un incremento de la demanda mundial de bienes, principalmente en los socios comerciales más relevantes de Colombia como es el caso de Estados Unidos, la Unión Europea y China. Esta tendencia ha permitido que Colombia cuente con un crecimiento en sus exportaciones del 22,5% al mes de agosto del 2021, alcanzando en este último mes, ventas al exterior superiores a las registradas en el mismo mes de 2019.

Es importante destacar el desempeño de los productos agropecuarios y de alimentos y bebidas, los cuales acumulan exportaciones por valor de USD FOB $6.043 millones de enero a agosto del 2021, siendo la cifra más alta para este periodo, registrada en la última década.

Sin embargo, a causa de una demanda mundial de productos mayor a la prevista, aunada a rebrotes en las principales zonas portuarias de China, durante el año 2021 se viene presentando una crisis en el sector marítimo mundial denominada “la crisis de los contenedores”. La crisis está explicada por una escasez de contenedores, incumplimientos en los itinerarios de los buques y un incremento desproporcionado en las tarifas de transporte marítimo. Esta situación ha generado una congestión en los puertos y sistemas de transporte intermodal a nivel mundial, principalmente en las zonas portuarias de Shanghai y Ningbo en China o Long Beach o Los Ángeles en Estados Unidos, donde alrededor de 75 buques están en cola para descargar.

En materia de tarifas, los costos actuales de transporte desde Asia a Norteamérica y Europa son cinco veces más altos que el promedio de los últimos tres años, alcanzando incrementos de más del 300% en los últimos nueve meses. Para América Latina el efecto es aún más grave. A principios de 2021, por ejemplo, los fletes desde China hacia Sudamérica habían aumentado un 443% alcanzando tarifas que superan los USD $14.000 para un contenedor de cuarenta pies.

Pese a que esta coyuntura está afectando a todos los sectores que participan en el comercio exterior, en el caso colombiano, el impacto es mayor en productos primarios y de alto volumen como es el caso del café y azúcar.

En la actualidad, no solo presentan dificultades en materia de altos fletes, sino también por la escasez de contenedores e incumplimiento de itinerarios de las líneas navieras, generando costos adicionales de almacenamiento, riesgos a causa del deterioro de la calidad de los productos e incumplimiento de clientes en el exterior.

Otro de los efectos de esta crisis es el aumento en los precios de los insumos de importación utilizados para procesos de producción, que se destinan tanto al mercado local como al comercio exterior, generando que estos incrementos se trasladen a los precios de los productos, desatando una inflación, principalmente en bienes básicos y esenciales, porque las mayores tarifas terminan pagándolas quienes al final demandan ese tipo de productos.

Acentuando esta problemática, con la reciente expedición de la resolución del SICE-TAC, que establece precios mínimos a pagar en los servicios de transporte por carretera en los diferentes corredores logísticos de comercio exterior, se está evidenciando un incremento en hasta un 30% en los costos de transporte al interior del país. Así mismo, con esta medida se anulan los incentivos para generar eficiencias en las operaciones de transporte a través de medidas como, contratos de largo plazo, cargas de compensación, operaciones 24 horas, entre otras estrategias que apuntan a promover la competitividad en las operaciones logísticas.

Los desbordados precios en los fletes de transporte, tanto doméstico como internacional, se convierte en una amenaza que puede terminar afectando el proceso de recuperación económica y comercial del país, porque hay productos que, en definitiva, no van a poder ser transportados.

Ante este panorama, desde la Asociación hacemos un llamado, tanto al Gobierno Nacional, como a instancias internacionales como la OMC para abordar esta problemática y tomar acciones que permitan mitigar los impactos que ya se vienen presentando en el incremento desproporcionado en precios y a la correspondiente inflación que podría terminar afectando las metas y propósitos en política macroeconómica del país.

Javier Díaz Molina, presidente ejecutivo, Analdex.