Logística en la época del Covid-19
Uno de los sectores más golpeados por la pandemia es la industria aérea; la cancelación de rutas de muy buena parte de las aerolíneas y restricciones de los países para recibir turistas de algunas nacionalidades ha ocasionado que tengamos el mismo nivel de vuelos de los años 80 y según información oficial de IATA demorará entre 4 y 5 años retomar el nivel de vuelos y volumen de pasajeros pre-pandemia.
Un aspecto importante en este punto es recordar que casi un 50% de la capacidad de carga a nivel mundial se ofrece en las bodegas de los aviones de pasajeros, aspecto que a veces olvidamos, y por esta condición particular del modo aéreo la suspensión de vuelos generó, al menos inicialmente, un golpe fuerte a la oferta de servicios.
Como respuesta a la situación algunas aerolíneas están convirtiendo sus aviones pasajeros en cargueros, otras han desarrollado aviones tipo Combi (quitar parcialmente una buena parte de los asientos para que el espacio sea utilizado para carga). Así las cosas, las aerolíneas que tienen a la carga como parte importante de su portafolio de servicios han logrado una posibilidad mayor de supervivencia. Y así el ‘factor carga’ nunca antes había sido tan importante para estas empresas.
A su turno, esto genera preocupación en relación con las aerolíneas Low Cost que no consideran a la carga como un elemento de interés por lo que muchas desaparecerán o tendrán que adaptarse rápidamente buscando modelos de negocio diferentes. Finalmente expresar que esta es una situación compleja para las aerolíneas latinoamericanas, estratégicas para la región y a las cuales los gobiernos deben apoyar en estos momentos críticos.
Sobre la industria marítima podríamos decir que todas las estrellas se alinearon y que las navieras son claramente una de las ganadoras de esta pandemia. Si bien es cierto sufrieron hace un par de años una serie de fusiones, consolidaciones y quiebras por la guerra de fletes, podemos decir ahora, que nunca antes esta industria ha tenido tan buenos números como en los actuales momentos.
Incrédulos a fines de 2020 pudimos constatar que un contenedor de 40 pies llegó a pagar 10.000 dólares desde China a América y Europa, sumado esto a una escasez general de contenedores a nivel mundial por cancelaciones (‘blank sailing’) situaciones que combinadas llevaron a que los fletes en general suban de manera dramática y sostenida.
Tal es la fortaleza financiera que tienen las navieras que están comprando aerolíneas, puertos y operadores logísticos para tratar de integrarse verticalmente. Todo es totalmente válido en el mundo de los negocios pero vemos con preocupación que se están creando oligopolios logísticos que definitivamente no es lo conveniente para el sector de comercio exterior. Vemos abusos constantes en los ‘demurrages’ y detenciones de los contenedores que son costos adicionales que se suman al alto nivel de fletes y que, necesariamente, se trasladan finalmente al consumidor final encareciendo los productos. No vemos en un futuro cercano que esta situación cambie y los fletes marítimos seguirán en niveles récord en 2021.
En relación con los operadores logísticos tuvimos que adaptarnos rápidamente a los cambios: teletrabajo, digitalización de las compañías y esta nueva realidad de reuniones, conferencias y congresos virtuales. Nuestro trabajo era una suerte de “Viaje a las Estrellas”, los clientes pensaban que la carga se teletransportaba, pero no conocían a toda la cadena que estaba atrás antes de recibir un bien o productos a sus manos. Hoy la palabra LOGÍSTICA está en boca de todos y tanto gobiernos como público en general saben la importancia de nuestra industria y cómo reaccionó oportunamente permitiendo que no se cortara la cadena de suministro de alimentos y ahora con el traslado de las vacunas a nivel mundial.
Notas de prensa de pocos días atrás reflejaban de qué manera una ciudad latinoamericana golpeada por la pandemia se había quedado esperando la llegada de vacunas programadas para atender personas mayores de 80 años y personal médico de primera línea ¿la razón? las vacunas tenían que ser enviadas por vía terrestre y un problema en la coordinación del transporte había impedido la llegada oportuna de las vacunas. En otra noticia se señalaba que se habían tenido que devolver a su origen un importante paquete de vacunas pues una “anomalía” en el proceso de transporte había generado un sobre-enfriamiento de las vacunas tornándolas inservibles. Dos casos de muchos que seguramente se están dando diariamente y que reflejan el impacto e importancia de los procesos logísticos para el adecuado soporte del proceso universal de vacunación.
Un aspecto que genera elementos de gran complicación es que estamos hablando no solo de ese número de vacunas si no de los frascos que soportan «sobrecongelación», tapas para estos, jeringas y agujas, protectores del personal que vacuna, cajas para el empaque de las vacunas, papelería que hay que completa y claro esta los refrigeradores y el hielo seco son finalmente miles de toneladas que debemos producir, procesar, enviar a su sitio de acopio, distribuir a los centros de vacunación, un esfuerzo gigantesco para el cual podemos afirmar no estábamos listos ¿o si lo estamos?
Lo que si podemos afirmar es que el sector de logística del mundo entero siempre ha trabajado bajo niveles de esfuerzo importante. Las cadenas de suministro del mundo entero están estructuradas para atender procesos de alta complejidad y tienen la madurez requerida aún para el reto que ahora se nos presenta. Lo evidente es que tendremos desafíos gigantescos. Los manejos de los servicios de aduana y de control sanitario a la salida y entrada de cada país o región son un primer ejemplo de estos retos.
De lo que podemos estar seguros es que toda la capacidad y conocimiento de los centenares de mujeres y hombres que trabajamos en la logística de la región y de las empresas que han madurado en su labor durante años estará al servicio de la comunidad.
Tomado de Exponotas 63